martes, 29 de abril de 2008

lunes, 28 de abril de 2008

domingo, 27 de abril de 2008

EL EVANGELIO DEL DIA


Madre Candelaria toma Caracas
De Guárico, donde nació la próxima beata, se esperan 4 mil asistentes

Con la lectura del decreto que la ratifica como beata, la Madre Candelaria alcanza mañana el segundo escalón hacia la santidad. Se trata del primer acto de esta naturaleza que se realiza en el país, por lo que miles de personas, entre religiosos, voluntarios y cuerpos de seguridad, se han movilizado para organizar la multitudinaria celebración. El año pasado el papa Benedicto XVI decidió que estos actos no se continuarían oficiando en Roma (Italia), sino en los lugares donde vivieron o nacieron los candidatos a santos.

Pero Altagracia de Orituco (Guárico), pueblo natal de la fundadora de la orden de las Carmelitas, quedó pequeño para los 72 mil feligreses de toda Venezuela que manifestaron su deseo de presenciar la beatificación. Fue entonces cuando sus organizadores decidieron que se realizaría en el estadio Universitario de beisbol con ampliación al Olímpico de fútbol de la Universidad Central de Venezuela.

"Fue una locura", manifestó Yasmell Martínez, hermana de la congregación. Cada lista dispuesta por las parroquias para que los solicitantes de pases se anotaran, superaba las 500 personas. Luego comenzó un proceso de confirmación de asistencia que logró reducir el número de asistentes a 50 mil, justo el aforo de ambos estadios.
Espectáculo santo

A dos semanas de la beatificación, los boletos se habían agotado. El secretario ejecutivo de la comisión organizadora de la beatificación, Carlos Porras, reconoció que la "fervorosidad" del pueblo venezolano le había dado una grata sorpresa, pues no imaginó que tantas personas se animarían a acompañar a la comunidad religiosa ese día.

El padre Porras comparó el evento con el concierto por la paz que se realizó recientemente en la frontera con Colombia: "La noticia nos dio como un sustico, pero gracias a Dios contamos con mucho apoyo voluntario de especialistas en eventos".
La Corporación Interamericana de Espectáculos, Venevisión y AAA Magic and Entertainment fueron las empresas encargadas de manejar la producción e imagen de la ceremonia de beatificación.

Evelin González, superiora general de las Carmelitas de la Madre Candelaria, explicó que, cual espectáculo, los pases estarán divididos en VIP, preferenciales y generales.
Los puestos más privilegiados están reservados para las autoridades eclesiásticas, representantes diplomáticos y de la UCV, personas con movilidad reducida y los feligreses que provienen del interior del país. En las sillas se ubicarán los alumnos de instituciones agrupadas en la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC) y en las gradas, el público general.
José Luis Parra, presidente de la Corporación Interamericana de Espectáculos, tranquilizó a los devotos que tienen entradas para ingresar al estadio Olímpico y no al Universitario: "Nos esforzamos para complacer a todos los asistentes. Es verdad que quienes estén en el segundo estadio no podrán presenciar la beatificación, pero para eso dispusimos una pantalla gigante de alta tecnología por la cual se transmitirá toda la eucaristía. Habrá un primer pase a las 9:00 am y otro a las 11:00 am".


Paso a paso

A las 6:00 amse espera que comiencen a llegar los feligreses, que podrán ubicarse en sus puestos a partir de las 7:00 am, cuando abran las puertas de los estadios.
La superiora indicó que desde las 8 am subirán a la tarima algunos invitados: "La idea es que la gente no se aburra en la espera, pues casi van a amanecer ahí y la ceremonia comienza a las 11. Había que mantener animados a los asistentes". Doscientos cincuenta ministros darán la comunión a los devotos repartidos en los dos estadios. En 10 minutos los ministros repartirán 25 mil hostias que se prepararon para la ocasión.

Antes de la lectura del acta de beatificación y de la misa se narrará la vida de la Madre Candelaria de San José y se develará una imagen. Se prevé que el acto culmine a la 1:00 pm. "Justo el tiempo para que se devuelvan a sus casitas todos los devotos que viajaron desde el interior. Es lo más cómodo", sugirió la madre González.

sábado, 26 de abril de 2008

viernes, 25 de abril de 2008

MADRE CANDELARIA


Susana Paz Castillo Ramírez, en religión Madre Candelaria de San José, nació en Altagracia de Orituco (Estado Guárico) el 11 de agosto de 1863; hija legítima de Francisco de Paula Paz Castillo y María del Rosario Ramírez.

Su padre era un hombre recto y honrado, de gran corazón y profundamente cristiano, gozaba del aprecio y estima de todos los habitantes, poseía conocimientos de medicina naturista y los empleaba para ayudar a mucha gente que solicitaba sus servicios.
Su madre era una persona piadosa, trabajadora y honrada.Tanto ella como Don Francisco brindaron a sus hijos una educación tan esmerada como lo permitían las circunstancias de su tiempo. En el aspecto cristiano fue óptima, le infundieron el ejemplo y la palabra, la solidaridad y la responsabilidad en las prácticas de la fe cristiana y valores humanos. En el aspecto intelectual muy poco le podían brindar. Aprendió a leer, escribir y toda clase de corte y confección especialmente bordados. Su padre muere un 23 de noviembre de 1870, cuando Susana contaba con 7 años.

Su madre muere el 24 de diciembre de 1887 cuando Susana tenía 24 años y asume las responsabilidades de diligente ama de casa; a la vez que se encarga de practicar la caridad con los enfermos y heridos que recogía y cuidaba en una casa semi-abandonada, adjunta a la Iglesia Parroquial. En 1903, con la llegada del Padre Sixto Sosa y asesorado con algunos médicos de la localidad, deciden la creación de un hospital y proponen a Susana como directora del mismo.
En el Hospital "San Antonio" se recluye para cuidar de los enfermos, junto con otras jóvenes que la acompañan, todas con el deseo de abrazar la vida religiosa.
El 13 de septiembre de 1906, con autorización del Obispo diocesano, viste el hábito de las Hermanitas de los Pobres y Susana cambia su nombre por el de Candelaria de San José.
El 31 de diciembre de 1910, nace oficialmente la Congregación con la profesión de las primeras seis hermanas, en manos de Mons.

Felipe Neri Sendrea, quien confirma a Madre Candelaria como Superiora General de la Congregación. En diciembre de 1916 emitió sus votos perpetuos en manos del Padre Fundador, en Ciudad Bolívar. Madre Candelaria era una religiosa de carácter afable, recogida, de baja y modesta mirada; siempre dejaba suavidad en cuantos la escuchaban cuando departía su cordial y amena conversación.

Dos cosas llamaban poderosamente la atención en ella: su profunda humildad y su inagotable caridad. Tenía una gran sensibilidad ante la desgracia ajena, no tenía un "no" para nadie, sobre todo cuando se trataba de los enfermos pobres y abandonados.

Otra característica de su entrega era la alegría; todo lo hacía con amor y una confianza sin límites en la Divina Providencia. Sus grandes amores fueron Jesús Crucificado y la Santísima Virgen. Recorrió muchos kilómetros en busca de recursos para el sostenimiento de sus obras; y fundando nuevas Comunidades que respondieran a las necesidades del momento.

Gobernó la Congregación durante 35 años desde su fundación hasta el Capítulo General de 1937, en el que la sucede en el cargo la Madre Luisa Teresa Morao. Fueron 22 años como Hermanitas de los Pobres de Altagracia y 12 años como Carmelitas.

Los últimos años de Madre Candelaria fueron marcados por el dolor de la enfermedad, no obstante, después de dejar el cargo de Superiora General, acepta seguir prestando sus servicios a la Congregación como Maestra de Novicias.

Ella tiene plena conciencia de su enfermedad, pero con increíble paciencia soporta los dolores y da pruebas de conformidad con la voluntad de Dios. Pedía al Señor poder morir con el nombre de Jesús en los labios, y así fue.

En la madrugada del 31 de enero de 1940 le dio un vómito de sangre, y ella, pronunciando por tres veces el nombre de Jesús, entregó su alma al Creador. Su causa de Beatificación ha sido introducida en Roma para la Causa de los Santos.

sábado, 19 de abril de 2008

martes, 8 de abril de 2008

lunes, 7 de abril de 2008

domingo, 6 de abril de 2008



Evangelio según San Lucas 24,13-35.


Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. El les dijo: "¿Qué comentaban por el camino?". Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!". "¿Qué cosa?", les preguntó. Ellos respondieron: "Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron". Jesús les dijo: "¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?" Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a él. Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron: "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba". El entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. Y se decían: "¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?". En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos, y estos les dijeron: "Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!". Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

miércoles, 2 de abril de 2008

martes, 1 de abril de 2008