lunes, 30 de noviembre de 2009

domingo, 29 de noviembre de 2009

EL EVANGELIO DEL DÍA


Primer Domingo de Adviento

Hoy la Iglesia celebra : Adviento Saber más cosas a propósito de los Santos del día


Lecturas

Leer el comentario del Evangelio por : Beato Juan van Ruysbroeck «Entonces verán venir al Hijo del hombre»


Evangelio según San Lucas 21,25-28.34-36.

Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán. Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria. Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación". Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra. Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

viernes, 27 de noviembre de 2009

miércoles, 25 de noviembre de 2009

domingo, 22 de noviembre de 2009

jueves, 19 de noviembre de 2009

miércoles, 18 de noviembre de 2009

300 AÑOS DE FERVOR ZULIANO



En una mañana en las playas blancas del Lago de Maracaibo apareció un pedazo de tabla en pequeñas dimensiones, mientras la ciudad dormía el bochorno de la madrugada y a tiempo que una de aquellas viejecitas que en antaño lavaban las ropas en las orillas, metidas hasta las rodillas dentro del agua cumplía su labor.

Las sombras de la noche empezaban a disiparse entre las claridades del alba, y la viejecita no pudo reconocer la extraña tabla. Debajo del brazo y confundida con la ropa ajena la llevó a su casa, y en la modesta vivienda familiar fue útil como tapa de una tinaja cualquiera. De cara al agua aprisionada entre las paredes de barro, la Virgen guardaba su secreto en las sombras de una pintura borrosa, hasta que la buena viejecita, a la luz del mediodía, advirtió la silueta de una imagen sagrada y de uso doméstico la tabla peregrina se convirtió en motivo de veneración colgada en la pared.

Un sábado 18 de noviembre, sonó la hora de la epifanía. Raros movimientos conmueven la placidez de la vivienda. Golpes y ruidos inauditos se sentían una, dos y tres veces repetidas. Estupor, miedo, aturdimiento y sensaciones inexplicables estremecen a la viejecita. Y, al acudir temblorosa y jadeante a la alcoba misteriosa, la encuentra toda luz con los fulgores que el retablo difundía en haces meridianos, y de rodillas cae ante la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá , visible ahora y renovada con belleza incomparable. ­Milagro!!, gritan los vecinos que, intrigados, hab¡an visto hasta hace poco aquellas manchas en la pared. Corre la novedad entre el pueblo creyente. Prende la curiosidad entre los indiferentes.

Y el modesto hogar, se convierte en centro de romerías piadosas y santuario a donde los fieles van a encontrarse a la Virgen de color mestizo y de faz ind¡gena, que a todos miraba con semblante acogedor; era la Epifanía de Chiquinquirá .

martes, 17 de noviembre de 2009

martes, 10 de noviembre de 2009

REFLEXIÓN


LLENA AL MUNDO DE AMOR


DIA 8 DE NOVIEMBRE DE 2009


Trigésimosegundo Domingo del Tiempo Ordinario

Leer el comentario del Evangelio por : San Anselmo «Ella lo ha dado todo»

Evangelio según San Marcos 12,38-44.
Y él les enseñaba: "Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán juzgados con más severidad". Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre. Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.


viernes, 6 de noviembre de 2009


REFLEXIÓN


Lucas 12, 49-53

He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! ¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.

Reflexión

En el camino que Jesús recorre con sus discípulos hacia Jerusalén, nos va exponiendo diversas actitudes sobre su misión y el seguimiento de los discípulos.

Jesús exige al discípulo una determinación sincera, tajante y total. Jesús no quiere medianías. Ante Él hay que decidirse. El Reino de Dios, el proyecto de Dios es lo más importante para el discípulo del Evangelio. ¡O se lo toma o se lo deja!

Jesús anuncia con pasión el Reino de Dios. Es el ardor con que propone a sus seguidores asumir su vocación de entrega, de “quemar las naves”, de aceptar como lo más importante, con santa obsesión y entrega, el proyecto de Dios, asumido totalmente por Jesús.

El mensaje de Jesús causa, a veces, conflicto: con uno mismo (sus tendencias, ilusiones, planes) y con la familia.

No es que Jesús pretenda sembrar la división en los vínculos familiares. Sino, quiere resaltar que lo primero es el Reino de Dios, el proyecto de salvación, su propuesta y entrega total. Jesús busca la radicalidad. El único Absoluto es Dios.

La imagen bíblica del fuego no habla de destrucción. Sino que es la fuerza de vida. La que viene a traer el Mesías. Lo dice Juan el Bautista. Yo les bautizo con agua, pero viene el que es más fuerte que yo, a quien yo no soy digno de desatar la correa de sus sandalias. Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego (Lc 3, 16).

Lucas en el libro de los Hechos describe la venida del Espíritu Santo como fuego. Aparecieron lenguas como de fuego (Hch 2, 3). Éste es el fuego que quiere Jesús prender en el corazón de sus seguidores. Es el ardor, el ímpetu de la entrega decidida a la causa de Evangelio.

El mismo Jesús ha de pasar por esa prueba terrible. Y sufre la angustia hasta que llegue el momento de la destrucción en su cuerpo, para que la vida florezca.


He venido a traer… división

Esta afirmación de Jesús no contradice en nada el mandamiento del amor, que Él mismo lo propone como el único. En nada se contrapone con la paz a los hombres, que prometen los ángeles en el nacimiento de Jesús (Lc 2, 14).

Jesús viene a establecer entre sus seguidores y entre los hombres la verdadera paz, a pesar de las envidias, codicias, guerras que se dan entre unos y otros. Su enseñanza y su testimonio son la prueba más evidente de que Él es el signo de contradicción (Lc 2, 34), que Simeón avisó a María, la Madre, en el momento de la presentación del Niño en el templo. Él fue el mártir que se entregó voluntariamente a la muerte para ser el “pacificador” de los hombres entre sí y con el Padre.

La división que indica Jesús es consecuencia de la opción radical por seguirle a Él. A pesar de que muchas veces la vocación de ser cristiano no es comprendida ni siquiera por los propios familiares, sin embargo, Jesús sigue llamando a la entrega total, hasta el martirio cruento muchas veces, de sus verdaderos discípulos.

En una sociedad que favorece la muerte de los no-nacidos y de los ancianos, que aplaude lel crecimiento injusto de las riquezas en manos de pocos, frente a la miseria que sufren la mayoría de los ciudadanos, el cristiano está llamado a ser “signo de contradicción” como Jesús. El discípulo de Jesús, fiel y coherente, tiene que estar dispuesto a sufrir la contradicción constante de una vida entregada a la causa de los más desfavorecidos.

Anunciar y vivir el estilo de vida de Jesús provoca en esta sociedad consumista rechazo, descrédito, conflicto y división. Es una constante en la historia de la Iglesia. Es el cumplimiento de la bienaventuranza proclamada por el mismo Jesús: Dichosos serán ustedes cuando los injurien y los persigan, y digan contra ustedes toda clase de calumnias por causa mía (Mt 5, 11).

La Palabra de Jesús provoca división. Y esto sucede en el interior de la Iglesia, entre aquellos que se afirman como cristianos comprometidos. El modo de interpretar y llevar a la práctica la Palabra de Dios origina en la Iglesia diversas tendencias, movimientos y comunidades. De tal modo que se dan dentro de la Iglesia grupos extremistas, unos más cercanos a vivir la fe desde una seudomística que les evade del esfuerzo social a favor de los marginados y otros que entienden la práctica del Evangelio como una lucha permanente por el cambio social.

Es difícil optar y mantenerse en un equilibrio nacido de una fe profunda y una praxis pastoral que vaya creando la coherencia entre fe y vida, oración y acción, compromiso por el Reino y compromiso social.

Ésta es la tarea incuestionable del cristiano: vivir el Evangelio, transformarse cada uno y pretender transformar la sociedad. El cristiano ha de ver y discernir el camino para ello, sin traicionar al Evangelio y a la justicia social.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

martes, 3 de noviembre de 2009