LAS CINCO BASES FUNDAMENTALES DEL CRECIMIENTO CRISTIANO.
Debemos Acudir Diariamente a la Biblia.
Debemos Orar Diariamente.
Debemos Reorientar Nuestras Relaciones.
Debemos Evangelizar.
Debemos Obedecer a Dios.
I. PRIMERA BASE: DEBEMOS ACUDIR DIARIAMENTE A LA BIBLIA.
Es necesario que conozca algunos aspectos importantes acerca de la Biblia.
A. ¿QUÉ ES LA BIBLIA?
La Biblia es la Palabra de Dios. En ella encontrará consejo Divino para toda circunstancia de su vida. El acercarse diariamente a ella producirá en usted, el carácter y estilo de vida que Dios quiere que viva.
“Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2Timoteo 3:16-17)
B. ¿POR QUIÉNES Y EN CUÁNTO TIEMPO FUE ESCRITA LA BIBLIA?
Una de los aspectos más notables y asombrosos de la Biblia es su estructura, pues si bien es cierto que para su compilación fue necesaria la labor de hombres entre los cuales encontramos legisladores, reyes, sabios, hombres de estado, pescadores, médicos, entre otros; a lo largo de un período de 1600 años, y de diferentes continentes y culturas, todo lo cual contribuye a que su mensaje y sus principios sean universales y aplicables a toda persona en cualquier época y lugar del mundo, sin embargo, la Biblia tiene un solo autor o inspirador que es el Espíritu Santo lo cual explica su sorprendente unidad.
“Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. (2Pedro 1:21)
C. ¿PARA QUIÉN FUE ESCRITA LA BIBLIA?
La Biblia es una de las fuentes de revelación divina para la humanidad. Lo cual significa que:
Dios quiso revelarse a los hombres a través de su Palabra.
La Biblia fue escrita para todos.
Usted puede entender la Biblia.
La Biblia fue escrita para todos.
Usted puede entender la Biblia.
Lamentablemente muchos feligreses tienen la idea que no van a poder entender la Biblia. Piensan que fue escrita para teólogos, sacerdotes, religiosos o para ministros, de manera que se limitan a escuchar conferencias y sermones de “los entendidos en la Palabra” o a leer libros sobre la Biblia en vez de estudiarla por sí mismos. Lo sorprendente es que la Biblia fue escrita para la gente común. El Señor dice en su Palabra:
“Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre ... porque habéis conocido al Padre”. (Juan 2:12-13)
Resulta evidente que los “hijitos”, o sea los cristianos recién convertidos, pueden entender la Biblia. Y esto significa que ¡usted también puede entender la Biblia! Lo importante es que nos lleguemos a ella en una actitud sencilla, con una mente sumisa a la acción del Espíritu Santo, y con un corazón enseñable.
A pesar de que existen pasajes difíciles, podemos decir que es mucho más lo que sí entendemos que lo que dejamos de entender, y no hay razón para perderse de una inmensa bendición por unos pocos pasajes difíciles.
Podríamos decir que para “llegar al Cielo” es suficiente con conocer Juan 3:16, pero si queremos tener una vida victoriosa y feliz, tendremos que alimentarnos regularmente con la Palabra de Dios.
Es necesario, eso sí, saber que el estudio de la Palabra exige el esfuerzo más grande que se nos puede pedir, el de pensar; pero es la única forma en que se puede aprender.
Es necesario, eso sí, saber que el estudio de la Palabra exige el esfuerzo más grande que se nos puede pedir, el de pensar; pero es la única forma en que se puede aprender.
D. ¿CÓMO ESTÁ COMPUESTA LA BIBLIA?
La Biblia es un conjunto de 73 libros distribuidos en dos grandes secciones llamadas "Testamentos". Los primeros 46 libros pertenecen al Antiguo Testamento, y los 27 libros restantes conforman el Nuevo Testamento. Los libros pertenecientes a cada Testamento pueden ser agrupados de acuerdo con su género. Para visualizarlo, estudiemos la siguiente lista:
ANTIGUO TESTAMENTOPENTATEUCO(5)
Génesis
Levítico
Deuteronomio
Éxodo
Números
HISTÓRICOS()
Josué
Samuel 2
2 Crónicas
Jueces
1 Reyes
Esdras
Rut
2 Reyes
Nehemías
1 Samuel
1 Crónicas
Ester
POESÍA(5)
Job
Proverbios
Cantar de los Cantares
Salmos
Eclesiastés
PROFECÍA(17)
PROFETAS MAYORES (5)
Isaías
Lamentaciones
Daniel
Jeremías
Ezequiel
PROFETAS MENORES(12)
Oseas
Jonás
Sofonías
Joel
Miqueas
Hageo
Amós
Nahum
Zacarías
Abdías
Habacuc
Malaquías
NUEVO TESTAMENTO
EVANGELIOS(4)
Mateo
Lucas
Marcos
Juan
Hechos de Los Apóstoles
EPÍSTOLAS O CARTAS (21)
GENERALES(9)
Romanos
Gálatas
Colosenses
1a. Corintios
Efesios
1a. Tesalonicenses
2a. Corintios
Filipenses
2a. Tesalonicenses
PASTORALES(4)
1a. Timoteo
Tito
2a. Timoteo
Filemón
UNIVERSALES(8)
Hebreos
2a. Pedro
3a. Juan
Santiago
1a. Juan
Judas
1a. Pedro
2a. Juan
PROFECÍA (1)
Apocalipsis
Cada libro está dividido en capítulos (números grandes) y versículos (números pequeños), y se acostumbra a citar de la siguiente manera: Nombre del libro, usualmente va en forma abreviada, seguido del número del capítulo, dos puntos (:) que separan el número del capítulo, de los versículos. Ejemplos:
Heb. 9:27-28 Se lee: Carta a los Hebreos, capítulo 9 versículos 27 y 28.2 Ti. 2:15-20 Se lee: 2ª. Carta a Timoteo, capítulo 2 versículos 15 al 20.
E. ¿QUÉ DEBE HACER UN HIJO DE DIOS CON LA BIBLIA?
Hay cinco cosas que debemos hacer con la Palabra de Dios.
1. - RECIBIRLA: OYENDO.
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” (Romanos 10:17)
“Oraba yo pidiendo fe, y pensaba que algún día la fe caería sobre mi desde el cielo, como un rayo. Pero la fe no parecía venir. Un día leí en el capítulo 10 de Romanos, “La fe es por el oír; y el oír es por la Palabra de Dios”. Antes cerraba mi Biblia, y pedía la fe. Ahora abro mi Biblia y comienzo a estudiar, y desde entonces mi fe no ha cesado de crecer.” D. L. Moody.
“Oraba yo pidiendo fe, y pensaba que algún día la fe caería sobre mi desde el cielo, como un rayo. Pero la fe no parecía venir. Un día leí en el capítulo 10 de Romanos, “La fe es por el oír; y el oír es por la Palabra de Dios”. Antes cerraba mi Biblia, y pedía la fe. Ahora abro mi Biblia y comienzo a estudiar, y desde entonces mi fe no ha cesado de crecer.” D. L. Moody.
1. – RECIBIRLA: LEYENDO.
“Y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra...” (Deuteronomio 17:19)
La lectura bíblica: Se caracteriza por una lectura rápida de una porción extensa, uno o varios capítulos. Es una lectura panorámica, de las grandes obras de Dios a través de la historia, de lo que Él ha dicho o ha hecho. Esta forma de acercarnos a la Biblia tiene como meta extraer las ideas generales y no los detalles.
2. MEDITARLA:
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” (Josué 1:8)
La meditación bíblica. Se caracteriza por pensar detenidamente en un versículo o en una idea de una porción de la Escritura. Enfatiza nuestra relación íntima con Dios y la respuesta personal de su Palabra. El propósito es tener un diálogo íntimo con Dios.
3. MEMORIZARLA:
“Grábate en la mente todas las cosas que hoy te he dicho,” (Deuteronomio 6:6)
4. ESTUDIARLA:
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.” (Juan 5:39)
El estudio bíblico. Implica una cuidadosa observación de cómo se relacionan entre sí las distintas partes del pasaje. Tiene como propósito buscar y captar el significado más profundo del texto.
5. OBEDECERLA:
“Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.” (Lucas 8:15)
Cada vez que acudamos a la Palabra, debemos hacerlo en total dependencia al Espíritu Santo, su autor. Y es recomendable hacerse las siguientes preguntas:
¿Qué dice el Pasaje?
¿Qué me enseña acerca de Dios?
¿Contiene alguna promesa?
¿Contiene algún precepto que yo deba obedecer?
¿Cómo puedo aplicar el contenido a mi vida?
¿Qué me enseña acerca de Dios?
¿Contiene alguna promesa?
¿Contiene algún precepto que yo deba obedecer?
¿Cómo puedo aplicar el contenido a mi vida?
II. SEGUNDA BASE: DEBEMOS ORAR.
A. QUÉ ES ORAR?
Orar es conversar y compartir con Dios. Al principio puede parecerte extraño, pero en la medida en que continúes haciéndolo, la oración llegará a ser más y más significativa. Aprende a ver a Dios como tu Padre, como tu amigo así te parecerá natural la oración pues esto es lo que normalmente hacemos con nuestros amigos y con nuestros seres queridos.
B. CUÁNDO DEBEMOS ORAR?
Si bien es cierto que la oración debe llegar a ser un estilo de vida, debemos tener también momentos especiales de oración. Empieza el día con oración, y ora en el transcurso del día. Lleva a Dios todos tus problemas. El se interesa en todo lo que te ocurre. Ya hemos dicho que la oración es la práctica de conversar y compartir todo con Dios, en una forma sencilla y libre durante todo el día.
C. CÓMO DEBEMOS ORAR?
Nuestra vida de oración debe ser tal, que lleguemos a conocer al Señor Jesús íntimamente. La eficacia de nuestra oración tiene relación directa con la comunión que mantengamos con Cristo. Antes de enseñar a orar a sus discípulos, Jesús dio unas orientaciones básicas para que ellos las tuvieran en cuenta:
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” (Mateo 6:6)
Como podemos ver, la oración se traduce en momentos de intimidad con Jesús.
“Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” (Mateo 6:7,8)
Orar es hablar con Dios de manera espontánea; por eso Jesús dijo que no usáramos vanas repeticiones. Se trata de un diálogo natural con Dios.
“Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.” (Mateo 6:5)
La oración es un acto personal. No existen "fórmulas mágicas”, por lo tanto, cuando ores no pretendas hacerlo como lo hacen otros, eres tú delante de Dios, y preséntate a Él con humildad.
D. ¿CÓMO DESARROLLAR TU TIEMPO DE ORACIÓN?
1. Sugerencias para tu tiempo diario con Dios:
Planea tener un tiempo diario con Dios.
Busca un lugar tranquilo.
Mantén una lista de tus peticiones así como de las respuestas del Señor.
Lee un capítulo diario de la Palabra.
Pide ser guiado en la planeación y el desarrollo del día.
Recuerda a cada momento de tu cotidianidad que Dios está contigo.
2. Para que tu tiempo de oración sea más significativo te sugerimos incluir diariamente cuatro cosas:
a) Da gracias y alaba a Dios en toda circunstancia.
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” (1Tesalonicenses 5:18)
b) Pide sabiduría al Señor.
“Y si alguno tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” (Santiago 1:5)
c) Confiesa contrito y humillado, ante Dios, tus pecados.
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.” (1Juan 1:9)
d) Lleva tus problemas a Dios, confiando en sus promesas.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” (Filipenses 4:6)
III. TERCERA BASE: DEBEMOS RE-ORIENTAR NUESTRAS RELACIONES.
Al comenzar su nueva vida centrada en Cristo, usted deberá también re-orientar y cultivar nuevas relaciones.
A. LA PRIMERA GRAN RELACIÓN QUE USTED INICIA ES CON
DIOS.
Dios desea tener intimidad con usted. Por consiguiente las dos bases anteriores, lectura diaria de la Biblia y práctica frecuente de la oración le ayudarán a desarrollar esa anhelada intimidad con Él.
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”; (Juan 1:12)
B. LA SEGUNDA RELACIÓN QUE USTED RE-ORIENTA ES CON SU FAMILIA.
Dios desea que la iglesia (su gran familia) viva la dimensión del cielo a través de su vida familiar aquí en la tierra. No importa la situación que usted esté viviendo con cada miembro de su familia, Dios quiere que sus hijos reflejen la gracia de Dios tanto en sus vidas como en sus familias. En consecuencia, piense que su testimonio, su fe, su vida, serán los instrumentos que Dios usará para que los otros miembros de su familia le conozcan.
“Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y tu casa.” (Hechos 16:31)
C. LA TERCERA RELACIÓN QUE USTED RE-ENFOCA ES CON OTROS CRISTIANOS.
Esta relación nos habla de compañerismo. Lo que significa pasar tiempo y realizar actividades con otros que aman a Cristo. Los cristianos, como brasas de fuego, arden cuando están juntos. Pero cuando están separados, el fuego del entusiasmo desaparece, El compañerismo es vital para el crecimiento cristiano. Por esta razón, la asistencia a la iglesia es de suma importancia.
“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; No dejando de reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca". (Hebreos 10:23-25)
La cuarta relación que usted inicia la estudiaremos simultáneamente con la cuarta base.
La cuarta relación que usted inicia la estudiaremos simultáneamente con la cuarta base.
IV. CUARTA BASE: DEBEMOS TESTIFICAR.
A. LA CUARTA RELACIÓN QUE USTED RE-ENFOCA ES CON EL MUNDO; POR ESO DEBEMOS EVANGELIZAR.
Un Misionero es la persona que dice lo que ha visto y oído y comparte su experiencia personal. Cualquiera que haya tenido una relación vital con Cristo, puede ser un testigo de Él. Testificar es el desbordamiento natural de la vida cristiana abundante. Como nuestra vida está llena de la presencia del Señor Jesús, no podemos evitar compartirlo con quienes entramos en contacto. Una vida cristiana dinámica debe ser "contagiosa".
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” (Marcos 16:15)
El siguiente gráfico le ayudará a visualizar sus nuevas relaciones.
V. QUINTA BASE: DEBEMOS OBEDECER A DIOS.
La clave para el crecimiento en la vida cristiana es obediencia completa y espontánea a la voluntad de Dios. De nada sirve conocer las bases fundamentales del crecimiento si no las aplicamos a nuestra vida. Por esto la obediencia es una ley básica en el crecimiento cristiano.
A. EN RELACIÓN CON SU REINO.
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas las cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33)
B. EN RELACIÓN CON LOS DEMÁS.
“No juzguéis, para que no seáis juzgados.” (Mateo 7:1)
C. EN RELACIÓN CON LA ORACIÓN.
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallareis; llamad, y se os abrirá.” (Mateo 7:7)
D. EN RELACIÓN CON LAS ADVERSIDADES DE LA VIDA.
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28)
CONCLUSIÓN.
Podemos ver las cinco bases fundamentales del crecimiento de esta manera:
Las dos primeras se refieren a nuestra relación (vertical) con Dios.
Las dos siguientes se refieren a nuestra relación (horizontal) con los hombres.
La obediencia es el catalizador para el crecimiento rápido.
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