sábado, 7 de febrero de 2015

Monseñor Domingo Roa Pérez : Un Gran Obispo


  Por. Pbro. Eduardo Ortigoza
Monseñor Domingo Roa Pérez es gratamente recordado como el Obispo andino que vino dispuesto a sembrarse en el Zulia. Esa fue su intención, declarada en sus primeras palabras como Obispo del Zulia el 13 de marzo de 1961, "..desde hoy el Zulia será el objeto de mis permanentes desvelos". Con su apariencia, tímida y reservada, de hombre recién bajado de la montaña fue penetrándose en el tejido de esta cultura zuliana y maracaibera. Hombre amante y defensor de la democracia y de la libertad que llegaba al Zulia a pocos meses de haberse aprobado una nueva Constitución de la República de Venezuela. En esta tierra emprendería sus más grandes proyectos.
Rápidamente se convirtió en abanderado por la defensa de la dignidad humana, por la protección de la familia, por el progreso integral de la región y por la reivindicación de la región zuliana ante el centralismo caraqueño.
Siendo un convencido que el anuncio del Evangelio estaba destinado no solamente a los que van a los templos, sino a todos y en todas partes, valoraba la utilización de los modernos medios de comunicación social. Con este propósito, fortaleció la emisora de Radio La Voz de la Fe y el Diario La Columna, y promovió la creación del Canal 11 del Zulia, con sus extensiones en Lara y Carabobo; y estimuló el nacimiento de las emisoras de Radio NC Estéreo y Lumen 2000. Al momento de entregar la Arquidiócesis de Maracaibo, en 1993, dejaba en pleno funcionamiento un periódico de circulación diaria con 69 años de existencia, tres emisoras de radio y una red de televisoras regionales.
Durante sus 32 años de episcopado en el Zulia promovió la creación de una nueva Diócesis, creó 26 parroquias eclesiásticas, construyó 60 templos, ordenó más de 40 sacerdotes zulianos. Promovió a 5 sacerdotes del clero maracaibero para que fueran elevados a la dignidad episcopal para trabajar al frente de diócesis como Cumaná, San Carlos de Cojedes, Valencia, Cabimas, Barinas.
Como Obispo y ciudadano demócrata se preocupaba constantemente por Venezuela y por América Latina. Así lo manifestaba en sus Cartas Pastorales ante los diversos problemas del país, y en su trabajo como Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana. Igual preocupación tenía por ser solidario con los Obispos perseguidos o en peligro. Siempre estuvo al lado del Cardenal Obando en Managua, a quien ayudaba espiritualmente y con sus frecuentes visitas, como también procuraba estar cercano al mártir de la fe latinoamericana Mons. Oscar Romero en El Salvador.
Incansablemente predicaba sobre los peligros del ateísmo y el progreso de las doctrinas marxistas en América Latina y en el mundo, En 1963 publicó una Carta Pastoral en la que advertía sobre los peligros del comunismo para Venezuela, y decía: “Todavía es tiempo de evitar la catástrofe de otros países que fueron dominados por el comunismo, cuya astucia, maldad y espíritu diabólico, no se ponderará y pondrá al descubierto en su auténtica realidad. Como la enfermedad, solamente los que han sufrido podrían apreciarlo.” Cuánta razón tenía en sus reflexiones y en sus advertencias.
Educación para los más pobres
El 07 de enero de 1969, después de las celebraciones navideñas, Mons. Roa Pérez comenzaba a poner por obra la palabra comprometida a su llegada al Zulia: “Multiplicaremos nuestros esfuerzos y diligencias a fin de que llegue a más niños y jóvenes el beneficio inestimable de la educación”.
En territorios del sur de Maracaibo, en terrenos ocupados por el urbanismo desordenado, nacía la Escuela Arquidiocesana Madre Laura. Una construcción modesta con techos de zinc, unas aulas construidas con aportes de empresarios amigos y una humilde vivienda para las religiosas venidas de Colombia. Era la primera de las muchas instituciones educativas que nacerían de las manos de este Obispo profundamente enamorado de la educación.
Sus palabras, el 1 de abril del año 1981 con motivo de recibir la Orden Andrés Bello, revelan los orígenes de su Proyecto Educativo: “Al llegar a Maracaibo tuve la enorme alegría de ver que la iglesia contaba con varios colegios católicos…, para la educación de la clase media y alta, pero en cambio, los marginados y las clases humildes, no tenían ese privilegio. Yo me propuse ampliar ese radio de acción creando más escuelas para las zonas marginales con el objeto de multiplicar el beneficio inestimable de la educación cristiana, …sólo Dios sabe los caminos recorridos en este programa, las fatigas y las copas amargas apuradas para darles nuevos centros de formación cristiana gratuita a los niños pobres de la Arquidiócesis.”
Proseguía monseñor Roa en el mismo Discurso: “Con este plan estamos haciendo una obra de Patria y de Iglesia y en ella se unen muchas fuerzas para realizar el bien: El ejecutivo Regional, las abnegadas Religiosas, los maestros y maestras, las instituciones privadas y personas. Las Escuelas son centro de convergencia y un aporte sincero y leal en el gran compromiso de la educación.  La Iglesia al abrir escuelas no pretende suplantar a nadie, sólo se propone ayudar y contribuir en la formación del hombre integral, del nuevo venezolano.”

Con el paso del tiempo y a lo largo de estos cuarenta años han continuando esparciéndose las Escuelas Arquidiocesanas por el territorio del Estado Zulia. Son veintinueve Escuelas, presentes en cinco Municipios del Estado Zulia. Trece en Maracaibo, diez en San Francisco, tres en Páez, dos en Mara y una en La Cañada de Urdaneta.
Abarcan desde la etapa inicial de la educación hasta llegar al final de la educación media diversificada y profesional. Veinte mil alumnos, mil quinientos empleados, veinte y un mil egresados. Estos son los que directamente hacen posible este proyecto educativo con su presencia, estudio y diario trabajo.

Establecer escuelas católicas para los niños pobres. Ese fue el proyecto de monseñor Roa. Así se ha continuado en el tiempo. Desde siempre, grandes necesidades han acompañado y todavía acompañan este trabajo.


1 comentario:

Angel Montiel Cristalino dijo...

Tuve oportunidad de intercambiar dos veces con este ejemplar Obispo. Su legado en escuelas para las clases de escasos recursos económicos, pero también depositaria de los grandes recursos humanos, llega o supera el nivel de cualquier otra obra emprendida en nuestro Estado.

Angel Montiel Cristalino