viernes, 1 de agosto de 2008



Parábola de una gotita

Había una vez una gotita que se sentía muy pequeña e insignificante, no sabía que camino elegir, porque pensaba que donde estuviera nadie se daría cuenta que existía y no se verían las cosas que ella hacía.

Dios que todo lo ha hecho perfecto y que le da una misión especial a cada ser y cosa de su creación, le preguntó:

- ¿Qué te pasa hija mía, qué te causa tanto dolor?

- Perdóname Amigazo que te lo diga, pero no le encuentro sentido a mi existir, soy tan diminuta que yo sola, nada puedo hacer ni construir; siento que es vano mi trabajo, da igual conmigo o sin mí.

El Señor, mirándola con ternura, la mejor de sus sonrisas le regaló y sin pensarlo le dijo:

Nada es insignificante ni pequeño ante los ojos del Creador, vale más lo que se construye con esfuerzo y sacrificio gota a gota, que aquello que fácilmente se logró… Mira a tu alrededor, hay muchas cosas que no serían lo mismo si faltara esa gotita que alguien aportó: el mar sería una gotita más pequeño, si le robaran una gota de su inmensidad; se revive un corazón con una gotita de amor; el desierto se convierte en oasis con una gotita de agua en su interior; se alimentan las plantas cada amanecer, con una gota que el rocío derrama.

Una lagrima es una gota de dolor o de alegría, expresa la emoción que dejó sin palabras al corazón; un granito de arena, da inicio a una nueva construcción, de granito en granito se puede levantar la más grande edificación; con el más pequeño de los sueños, encuentra el ser para vivir una nueva razón; una gota puede rebosar el vaso y hacerlo derramar; una gotita de luz se convierte en una gran esperanza en medio de la oscuridad.

Hay quienes se lamentan por esa gota de amor que nadie les dio, existen los que piden tan poco, que necesitan así sea una gotita de comprensión para encontrar paz en su interior; una gota de silencio hace más grande el vacío y la soledad; una gota de indiferencia puede matar una relación; una gota de traición puede destruir la confianza que el otro depositó; una gotita de fe puede mover montañas y hacer los sueños realidad; una gota significa mucho más de lo que puedes imaginar, a tal punto que una gota de Sangre de mi Hijo Jesús llega a ser signo de la Salvación que al mundo con su vida ofreció.

¿Entiendes ahora lo que te digo? Eres más importante de lo que te puedes imaginar, tu pequeñez me permite demostrar mi grandeza; gota a gota se puede hacer germinar una planta, calmar la sed de toda la humanidad; con una gota de dulzura se puede acabar la amargura que le impide al alma ser feliz de verdad; una gota de tiempo pido, para que se eleve una oración; una gota que des o quites, modifica todo ya sea para bien o para mal… así que no digas que las cosas contigo o sin ti son igual.

Después de escuchar las palabras que con amor le dijo el Amigazo Dios, la gotita se fue pensando en todo lo que podría aportar si lograse entrar a cada corazón y convertirse en una gota de amor que los hombres y mujeres quieran al mundo regalar, para poder construir, la verdadera Paz.

¿Alguna vez te ha pasado que te sientes como una gotita pequeña y solitaria que siente que nada vale, ni sabe que camino tomar? Recuerda esta pequeña historia, y ten presente que en lo más pequeño y sencillo, la perfección de Dios ha de estar.

Kary Rojas.

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